Son fármacos depresores del sistema nervioso central con una acción sedante.
En la actualidad tienen una especial importancia las benzodiazepinas, que son el grupo de fármacos hipnótico-sedantes más utilizado. El uso de barbitúricos y de otros depresores del sistema nervioso central ha decaído notablemente.
La introducción de las benzodiazepinas se produce en la década de los 60, extendiéndose su uso para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, la epilepsia y otros trastornos (ataques de pánico, abstinencia alcohólica, distonías, etc).
EFECTOS
Estos fármacos tienen acción sedante y, a dosis altas, todas las benzodiazepinas inducen el sueño, es decir, tienen acción hipnótica. A bajas dosis todas ellas pueden causar sedación diurna. Las benzodiazepinas suelen clasificarse según su vida media: de larga duración, de acción intermedia, de acción corta y de acción ultracorta.
Efectos psicológicos:
- Disminución de la ansiedad
- Desinhibición
- Sedación
- Somnoliencia
- Sueño
Efectos fisiológicos: Actúan sobre el sistema nervioso central provocando una sedación que va aumentando en función, fundamentalmente, de la cantidad consumida. Se absorben por vía oral, se metabolizan en el hígado y se eliminan fundamentalmente por la orina.
RIESGOS
Los efectos de la intoxicación aparecen poco tiempo después de haber consumido estos fármacos, produciéndose progresivamente una disminución del nivel de conciencia y pudiéndose llegar al estupor, el coma y la muerte en los casos más graves. Inicialmente se presenta torpeza en la ejecución de tareas motoras, marcha inestable, disartria, somnolencia, etc. Pueden aparecer también alteraciones de la memoria.
Las benzodiazepinas potencian los efectos de cualquier otro depresor del sistema nervioso central (por ejemplo, el alcohol). Estas sustancias pueden desarrollar dependencia. Hay factores que están relacionados con una mayor probabilidad de generar dependencia; entre ellos cabe mencionar el consumo prolongado de dosis altas, factores de personalidad, el consumo de alcohol, etc.
La sintomatología de abstinencia puede revestir diferentes grados de gravedad dependiendo, entre otros, de factores como la dosis y el tiempo que se haya estado consumiendo la sustancia. El cuadro típico más frecuente se caracteriza por insomnio, temblor, irritabilidad, inquietud, agitación y ataques de pánico. Puede haber también alteraciones cognitivas de la percepción y somáticas. En los casos más graves pueden producirse crisis convulsivas. Los síntomas pueden durar de diez días a varias semanas.
El tabaco fue uno de los descubrimientos que hicieron los colonizadores españoles del Nuevo Mundo. Su consumo era práctica habitual de algunas tribus indígenas, generalmente en el marco de ceremonias rituales, dadas las propiedades alucinógenas que le atribuían. También era consumido, curiosamente, por los efectos supuestamente medicinales que se derivaban de la planta.
Se trata de una planta solanácea, la Nicotiana tabacum, de cuyas hojas se obtienen distintas labores destinadas al consumo humano (cigarrillos, cigarros puros, picadura de pipa, rapé, tabaco de mascar, etc.).
El consumo de tabaco se fue generalizando por Europa y los marineros lo llevaron a todos los continentes. Con los años, pasó de ser una sustancia consumida en ambientes de bajo estatus social a ser considerada una sustancia propia de nobles con gustos exquisitos (con glamour, que diríamos hoy) en las cortes europeas.
No constituyó un problema de salud pública hasta la invención, con la Revolución Industrial, de la máquina para elaborar cigarrillos. Con ella se pusieron las bases de un consumo masivo que en la actualidad es responsable de la muerte de muchos ciudadanos europeos cada año. La industria tabaquera ha mantenido ocultos hasta fechas recientes informes propios que mostraban la capacidad del tabaco para generar dependencia y numerosos problemas de salud.
La forma más extendida de consumo de tabaco es el cigarrillo, en cuyo humo se han identificado alrededor de 4.000 componentes tóxicos, de entre los cuales los más importantes son los siguientes:
- Nicotina: sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable de los efectos psicoactivos de la sustancia y de la intensa dependencia física que el tabaco provoca.
- Alquitranes: sustancias probadamente cancerígenas, como el benzopireno, que inhala el fumador y quienes, conviviendo con él en ambientes cerrados, se ven forzados a respirar el humo tóxico.
- Irritantes: tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio ocasionada por el consumo de tabaco (faringitis, tos, mucosidad, etc.).
- Monóxido de carbono: sustancia que se adhiere a la sangre, dificultando la distribución de oxígeno por el cuerpo.
En la Unión Europea se han ido estableciendo limitaciones cada vez más severas a la composición del tabaco que se permite comercializar (en función de las tasas de nicotina y alquitrán), lo que ha llevado a la industria tabaquera a dirigir su arsenal publicitario a los países del llamado Tercer Mundo, que cuentan generalmente con regulaciones menos estrictas. Se da la paradoja de que un producto que salió de América como una supuesta sustancia medicinal regresa, cinco siglos después, en forma de epidemia.
EFECTOS
Efectos psicológicos. El tabaco es consumido en busca de efectos positivos:
- Relajación
- Sensación de mayor concentración
Efectos fisiológicos. Entre los más importantes citamos:
- Disminución de la capacidad pulmonar
- Fatiga prematura
- Merma de los sentidos del gusto y el olfato
- Envejecimiento prematuro de la piel de la cara
- Mal aliento
- Color amarillento de dedos y dientes
- Tos y expectoraciones, sobre todo matutinas
RIESGOS
El tabaquismo es considerado como la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. La investigación lo ha asociado con un número considerable de enfermedades, por lo que la reducción del consumo de tabaco se ha convertido en uno de los principales desafíos.
Riesgos psicológicos:
- Dependencia psicológica
- Reacciones de ansiedad y depresión ligados a la dificultad para dejar el tabaco
Riesgos orgánicos. De los múltiples riesgos sanitarios demostrados resaltamos:
- Faringitis y laringitis
- Dificultades respiratorias
- Tos y expectoraciones
- Disminución de la capacidad pulmonar
- Úlcera gástrica
- Cáncer pulmonar
- Cáncer de boca, laringe, esófago, riñón y vejiga
- Bronquitis y enfisema pulmonar
- Cardiopatías: infartos de miocardio y anginas de pecho
El tabaquismo, o dependencia del tabaco, es difícil de superar aún cuando el fumador se encuentre motivado para ello. Al dejar de fumar es habitual la aparición del síndrome de abstinencia, cuyos síntomas más frecuentes son: ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, fatiga, aumento del apetito, dificultad de concentración, etc. Este síndrome, que aparece a las pocas horas de terminar el último cigarrillo, puede durar de siete a diez días. El deseo de encender un cigarrillo puede mantenerse durante años.